Los operadores dedican mucho tiempo a aprender estrategias y analizar los mercados, pero nuestra forma de pensar puede ser tan importante como las herramientas que utilizamos. Las falacias son errores de pensamiento comunes que nos llevan a tomar malas decisiones, incluso cuando creemos que estamos siendo lógicos.
Estas trampas mentales pueden influir silenciosamente en cómo interpretamos los movimientos de los precios, las tendencias e incluso nuestro propio rendimiento en las operaciones. En este artículo, exploraremos las falacias más comunes a las que se enfrentan los operadores.
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Las falacias son errores de pensamiento comunes que parecen lógicos al principio, pero que en realidad se basan en un razonamiento erróneo. A menudo aparecen en la forma en que procesamos la información, hacemos suposiciones o intentamos predecir resultados cuando estamos bajo presión.
En el trading, las falacias pueden llevarte a confiar en tus instintos en el momento equivocado o a actuar según patrones que en realidad no existen. Estos momentos suelen producirse después de una racha ganadora, durante un retroceso o cuando el mercado parece impredecible. El problema es que las falacias suelen parecer razonables, lo que hace que sean fáciles de creer y aún más fáciles de poner en práctica.
No se pueden evitar todas, pero una vez que se comprende cómo funcionan, se puede evitar que afecten a las operaciones. Se trata de mantener la objetividad, no de lo que el cerebro intenta simplificar.
Incluso los traders experimentados pueden caer en atajos mentales que parecen lógicos, pero que conducen a malas decisiones. Estas falacias suelen aparecer cuando las emociones están a flor de piel, la confianza es inestable o el mercado parece impredecible.
Repasemos las más comunes y veamos cómo se manifiestan en el trading real.

La falacia de la racha ganadora es la creencia de que, tras una serie de operaciones exitosas, es más probable que la siguiente también lo sea, simplemente porque se está «en racha». Esto da una falsa sensación de impulso y conduce a un exceso de confianza.
Alguien sigue tirando los dados y obtiene varios números altos seguidos. Empieza a creer que tiene un don especial, aunque cada tirada es aleatoria y no tiene relación con la anterior.
En el trading, esto se manifiesta cuando un trader tiene algunas transacciones exitosas o ganancias y comienza a aumentar el tamaño de sus posiciones. También comienza a saltarse el análisis o a operar con más frecuencia. La sensación de estar «en racha» puede empujarlo a realizar operaciones arriesgadas que normalmente evitaría.
Cómo evitarlo:

La falacia del jugador es la creencia de que si algo sigue sucediendo, pronto se invertirá la tendencia, incluso cuando cada resultado no está relacionado con el anterior. Es la clásica mentalidad de «no puede seguir así».
Alguien lanza una moneda cinco veces y sale cara cada vez. Empieza a pensar que ya le toca salir cruz, aunque las probabilidades no hayan cambiado.
En el trading, esto suele ocurrir durante tendencias fuertes. Un trader ve que el mercado sube durante varias sesiones y asume que se avecina una caída, por lo que vende en corto demasiado pronto. O evita entrar en operaciones largas porque «ya ha ido demasiado lejos».
Cómo evitarlo:

La falacia del coste hundido se produce cuando los operadores se mantienen en una mala posición solo porque ya han invertido tiempo, dinero o energía emocional en ella. En lugar de cortar las pérdidas, se aferran a la esperanza de que las cosas cambien.
Compras entradas para un evento, pero el día del evento llueve mucho. Aunque ya no te apetece ir, vas de todos modos porque ya has pagado. Te centras en lo que has gastado en lugar de en lo que es mejor para ti ahora.
En el trading, esto se manifiesta cuando alguien se niega a cerrar una operación con pérdidas porque «ya ha llegado hasta aquí». En lugar de reevaluar la configuración, se aferran a ella por orgullo o esperanza. Y eso puede provocar pérdidas adicionales.
Cómo evitarlo:

Esta falacia se manifiesta cuando los operadores creen que solo hay dos resultados posibles, ignorando otras posibilidades. Convierte situaciones complejas en un pensamiento blanco o negro, lo que puede limitar la percepción de otras opciones.
Alguien podría decir: «O consigo este trabajo o mi carrera se acaba», cuando en realidad hay muchos otros caminos que podría tomar. La presión proviene de reducir demasiado su enfoque.
En el trading, un ejemplo común es pensar: «O esta operación alcanza mi objetivo o es un fracaso total». Este tipo de pensamiento puede llevar a una obstinación o a un riesgo de todo o nada. Descarta por completo otras opciones como salidas parciales, ajustes de stops o simplemente mantenerse al margen.
Cómo evitarlo:

Este sesgo se produce cuando nos centramos únicamente en las historias de éxito que aún perduran e ignoramos las que fracasaron y desaparecieron. Esto crea una falsa sensación de lo que es normal o alcanzable en el trading.
Se oyen historias de startups que se convirtieron en empresas valoradas en miles de millones de dólares, pero nadie habla mucho de las miles que quebraron en el intento. La atención solo se centra en los ganadores.
En el trading, es fácil seguir en las redes sociales a traders que muestran grandes ganancias o copiar estrategias que han funcionado bien en backtests. Pero rara vez vemos a los que fracasaron utilizando el mismo método o a los que perdieron sus cuentas y abandonaron el juego.
Cómo evitarlo:

Esta falacia se manifiesta cuando los operadores se atribuyen demasiado mérito por las ganancias, pero culpan a factores externos por las pérdidas. Esto crea una visión distorsionada del rendimiento personal y ralentiza el aprendizaje.
Un estudiante podría decir: «Aprobé porque soy inteligente», pero cuando suspende, dice: «El examen fue injusto». Es una forma fácil de proteger la autoestima, pero bloquea la mejora real.
En el trading, esto puede traducirse en decir «Ha sido una gran operación porque he leído perfectamente el mercado», pero luego culpar de las pérdidas a la manipulación del mercado, a las noticias o a tu bróker. Con el tiempo, esta mentalidad te impide ver en qué aspectos debes mejorar tu proceso.
Cómo evitarlo:
¿Por qué las falacias parecen lógicas aunque no lo sean?
Porque las falacias suelen basarse en patrones familiares o en razonamientos emocionales. Se ajustan a cómo queremos que funcionen las cosas, no a cómo funcionan realmente. Por eso se nos escapan tan fácilmente, sobre todo cuando estamos bajo presión.
¿Pueden las falacias afectar a mi elección de una estrategia de trading?
Sí. Es posible que sobrevalores una estrategia que ha funcionado bien recientemente (efecto de recencia) o que sigas una estrategia popular porque otros lo hacen (pensamiento de bandwagon). Las falacias no solo afectan a la ejecución de las operaciones, sino que influyen en lo que crees que vale la pena operar en primer lugar.
¿Cómo puedo saber si una falacia se está colando en mis decisiones?
Empieza por escuchar tu propio diálogo interno. Si justificas tus operaciones basándote en sentimientos como «tiene que cambiar pronto» o «me merezco una ganancia», eso suele ser una señal. Una buena prueba es preguntarse: «¿Tomaría la misma decisión si no tuviera dinero en juego?».
¿Las falacias empeoran en los mercados de alta volatilidad?
Sin duda. Cuando los movimientos de los precios son rápidos y las emociones están a flor de piel, somos más propensos a recurrir a atajos mentales. Es entonces cuando el pensamiento estructurado se desmorona y las falacias se cuelan sin que nos demos cuenta.
¿Puede el backtesting ayudar a reducir las operaciones basadas en falacias?
Sí, si se hace de forma objetiva. El backtesting te obliga a seguir un conjunto fijo de reglas y a revisar los resultados sin emociones. Solo hay que tener cuidado de no ajustar demasiado la estrategia a los datos pasados o ignorar los valores atípicos que no respaldan tu teoría.
¿La intuición es siempre algo malo en el trading?
No siempre. La intuición puede ser útil si se basa en años de reconocimiento de patrones y experiencia en el mercado. El peligro surge cuando la intuición sustituye a la estructura, especialmente si está influenciada por sesgos o pensamientos emocionales.
¿Debería preocuparme si sigo repitiendo la misma falacia?
No preocuparte, pero sí ser consciente. Es habitual caer en las mismas trampas mentales hasta que se crean hábitos para detectarlas. Por eso son tan valiosos los diarios y las revisiones posteriores a las operaciones. La conciencia no es suficiente. La acción es lo que genera el cambio.
Las falacias no siempre parecen errores. A menudo parecen lógicas en el momento, lo que las hace tan engañosas. Ya sea persiguiendo una racha, negándose a cerrar una operación mala o creyendo que algo «tiene que suceder», estas trampas mentales pueden desviar silenciosamente su rendimiento.
No es necesario analizar en exceso cada operación, pero ser consciente de cómo funciona su mente bajo presión le da una ventaja que la mayoría de los operadores ignoran. El objetivo no es la perfección. Es ser coherente. Y eso comienza actuando en función de planes, no de emociones.
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