El índice del dólar cayó hasta 100 el viernes, pero registró su tercera subida semanal, respaldado por la política estable de la Fed y el tono optimista de Trump en materia comercial. El euro se mantuvo en 1,13 dólares, mientras los operadores esperaban recortes del BCE para finales de año. La libra se estabilizó cerca de 1,33 dólares tras un acuerdo comercial limitado entre EE. UU. y el Reino Unido. El yen se debilitó por encima de 145 ante la mayor demanda del dólar y la mejora del ánimo comercial mundial.
El oro se mantuvo cerca de los 3320 dólares, presionado por la disminución de la demanda de activos refugio antes de las conversaciones entre EE. UU. y China, aunque siguió al alza durante la semana. La plata subió ligeramente debido a la cautela comercial y al tono firme de Powell. El crudo Brent subió hacia los 63 dólares, respaldado por la caída de las reservas estadounidenses, mientras que los planes de producción de la OPEP+ limitaron las ganancias.
Los rendimientos de los bonos subieron la semana pasada gracias al optimismo comercial y al tono agresivo de la Fed. El rendimiento del bono estadounidense a 10 años se situó en el 4,38 %, el japonés en el 1,37 % y el alemán en el 2,58 %.
El índice se revisó a la baja, desde 51,4 hasta 50,8, lo que supone el crecimiento más lento en casi 18 meses. La actividad empresarial y los nuevos pedidos perdieron impulso debido al aumento de los costes de los insumos impulsado por los aranceles. Los precios de venta subieron al ritmo más rápido desde enero, mientras que la confianza cayó a su nivel más bajo en dos años y medio. La demanda exterior se redujo drásticamente, registrando el mayor descenso desde noviembre de 2022.
El PMI subió de 50,8 a 51,6, superando las previsiones. Los nuevos pedidos y las existencias mejoraron, mientras que la actividad empresarial se mantuvo positiva en 53,7. El empleo disminuyó más lentamente (49) y las presiones sobre los precios se dispararon hasta 65,1, el nivel más alto desde febrero de 2023. El ISM señaló que ahora la preocupación se centra en los aumentos reales de los precios, y no en la incertidumbre futura.
La Fed mantuvo los tipos en el 4,25 %-4,50 % por tercera reunión consecutiva, alegando el aumento de los riesgos derivados de los aranceles de Trump. Powell afirmó que es demasiado pronto para evaluar si la inflación o el desempleo serán el mayor reto. La Fed se mostró paciente y señaló que seguirá vigilando los datos que vayan llegando, al tiempo que destacó la sólida expansión económica a pesar de la volatilidad relacionada con el comercio.
El Banco de Inglaterra recortó su tipo básico en 25 puntos básicos, hasta el 4,25 %, en una votación de 5 a 4. Dos miembros abogaron por un recorte más profundo y dos querían mantener los tipos. El IPC de marzo cayó al 2,6 %, pero se espera un aumento temporal hasta el 3,5 % en el tercer trimestre. El menor crecimiento del PIB, el enfriamiento del mercado laboral y los riesgos de los aranceles globales contribuyeron a la decisión. El Banco de Inglaterra reafirmó su objetivo de inflación del 2 % y su postura cautelosa en materia de política monetaria.
Las solicitudes iniciales descendieron en 13 000, hasta situarse en 228 000, ligeramente por debajo de las previsiones. Las solicitudes continuadas cayeron en 29 000, hasta alcanzar 1,879 millones, lo que supone un descenso con respecto al máximo de los últimos tres años.
El índice del dólar cayó hasta 100, pero aún así registró su tercera subida semanal (+0,6 %), ya que los mercados se centraron en las negociaciones comerciales entre EE. UU. y China. Trump se mostró optimista, mientras que el acuerdo entre EE. UU. y el Reino Unido ofreció un alivio limitado, manteniendo los aranceles británicos en el 10 %.
El euro se mantuvo en 1,13 dólares, respaldado por la incertidumbre comercial y las expectativas de recorte de tipos por parte del BCE (1,6 % a finales de año).
La libra se estabilizó cerca de 1,33 dólares tras el acuerdo entre EE. UU. y el Reino Unido, que incluía el acceso a la contratación pública, pero no recortes arancelarios.
El yen se debilitó por encima de 145, gracias a la mejora del apetito por el riesgo y al rechazo de Powell a una bajada temprana de los tipos de la Fed. Los datos japoneses mostraron un aumento del gasto, pero una caída de los salarios reales.
El oro se mantuvo en torno a los 3320 dólares por onza, conservando las ganancias semanales a medida que se acercaban las conversaciones entre EE. UU. y China. La reducción de la demanda de activos refugio se vio compensada por la cautela de la Fed y la incertidumbre comercial.
La plata también cerró al alza gracias al interés por los activos refugio antes de las conversaciones entre He y Bessent en Suiza.
El crudo Brent se acercó a los 63 dólares por barril, en camino de registrar una subida semanal. Las esperanzas de que se suavizaran las tensiones comerciales mejoraron las perspectivas de la demanda, pero los planes de producción de la OPEP+ limitaron las ganancias. El suministro de abril cayó en Libia, Irak y Venezuela, y las reservas estadounidenses descendieron más de lo esperado.
Los índices estadounidenses cerraron ligeramente al alza. El Nasdaq subió, el Dow Jones avanzó modestamente y el S&P 500 se mantuvo estable, ya que el tono agresivo de la Fed contrarrestó la mejora del sentimiento comercial.
Nvidia subió un 5 %, Meta un 1 % y Microsoft un 1,5 %. Apple cayó un 5,5 % y Google un 3,85 %.
El sentimiento de riesgo cambió esta semana cuando Moody's rebajó la calificación crediticia de Estados Unidos, lo que debilitó el dólar y respaldó las principales divisas y materias primas.
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